Marcial es nombrado por el FMLN en un primer momento como coordinador de su Comandancia general. Así se preparan lascondiciones para preparar la Ofensiva General de enero de 1981, en vísperas de la toma de posesión de Reagan de la presidencia de los EE.UU. con su evidente proyecto de recuperar la hegemonía mundial y de contener el avance del proceso hacia el socialismo en el mundo. Y su política de contención pasa por el meridiano de El Salvador.
A pesar de todas estas amenazas el pueblo salvadoreño dio un salto de calidad en su proceso de liberación y la guerra en una dinámica supuestamente irreversible hacia su meta. Por ello Marcial, en la celebración del aniversario de las FPL hace énfasis en la determinación de las FPL de ir hasta el final en la profundización de la guerra de liberación. Es también en ese momento que Marcial, que ha debido salir al exterior para cumplir tareas estratégicas, retorna a dirigir la guerra a las montañas de Chalatenango.
A pesar de ello, y con la llegada al poder de Reagan, hubo vacilaciones y comenzaron pronto a perfilarse intentos de arreglos negociados para ofrecerle al imperialismo salidas digeribles, aunque con ello se postergara el triunfo popular. En este marco es que se da la vuelta de Marcial. A sus 63 años de vida y de lucha no le importa el sacrificio de las interminables caminatas y los riesgos. Vive al pie del precipicio, bajo bombardeos constantes. La comandancia se traslada al "Volcancillo". Allí asiste con júbilo al nacimiento de los gérmenes de los PPL, que devuelven a la población civil su autonomía y su protagonismo en la misma guerra; ve formarse las Unidades de Vanguardia con hombres como el comandante Bernardo, núcleos fundamentales del nuevo ejército popular, mientras va marcando a todos con su fe en el triunfo y en la propia fuerza del pueblo.
Su tarea fundamental es preparar las condiciones para organizar la reunión del Comando Central, que, recogiendo la sabiduría popular, valorando las experiencias y las expectativas populares, relance el proceso después de la crisis creada por la Ofensiva General, pues esto se hacía urgente para retomar los principios. Este COCEN-81 se realiza bajo su coordinación en los meses de agosto y setiembre en el 'Volcancillo'. El discurso de Marcial en nombre del CP para iniciar los trabajos es un ejemplo de valentía autocrítica para afrontar nuevamente las debilidades y relanzar la guerra popular de ofensiva continua y de protagonismo popular.
Nuevamente aquí se señala como negatividad principal la ausencia de la clase obrera en la dirección del proceso, la necesidad de proletarizar el conjunto de la FPL, la militarización unilateral y la marginación de las organizaciones populares ligadas a la producción, etc. Impresiona el realismo histórico con que se apuntan las soluciones y la fe en las posibilidades del pueblo para el triunfo. Este documento, sin embargo, ha sido poco conocido aún entre los miembros de las FPL por intencionados bloqueos.
Apenas terminan las reuniones cuando el enemigo lanza un cerco para capturar al compa Marcial. Hasta llegará a anunciarse en los medios de comunicación del ejército que ya había sido capturado. Pero en las peores condiciones y dirigido el grupo por el comandante de las unidades de vanguardia, Bernardo Torres, después de diez días de escaramuzas, lograron burlar al ejercito. Como consecuencia de tener que ir abriéndose paso entre charrales, quedan huellas en su salud pues se le han infectado sus heridas hasta correr el peligro de quedar envenenado. Pero Bernardo con su gente logrará salvarlo de la muerte. Marcial también, por su estado de debilidad, es afectado por el dengue y tiene que pasar unos días de recuperación en El Alto y luego en La Laguna, donde mantendrá sus últimas reuniones.
Marcial no quería salir del frente. Pero le llegan llamamientos urgentes y la Comisión Política de las FPL toma la decisión de que debe salir. Las únicas prioridades son las necesidades de la guerra, dentro o fuera de la frontera. Lo importante es ocupar el puesto que le asignan dentro del proceso. Por eso su salida fue un acto de obediencia partidaria.
A la salida del Frente para recorrer pueblos que son aliados para nuestra guerra es que Marcial exclamará:
"Sufre nuestro corazón intensamente... Justa, mil veces justa, es la lucha de liberación de mi pueblo; la mil veces sagrada guerra popular de liberación"
Nuevos caminos en el frente externo
El 11 aniversario de las FPL encuentra a Marcial en Moscú y manda desde allí su mensaje a combatientes y militantes de las FPL. Tiene necesidad de recordar los principios que dieron sentido al nacimientos de las Fuerzas populares de liberación y de remarcar la responsabilidad histórica que les corresponde en estos momentos, pero el objetivo prioritario en estos momentos lo plantea así:
"Tenemos una obligación que cumplir: fortalecer a las FPL, lograr una disciplina férrea, una organización férrea, una organización proletaria que sea fiel expresión de los intereses de la clase obrera y del campesinado".
Él sabía por qué lo decía. Su proyecto de fortalecer a las FPL dentro del marco de la guerra lo lleva a una constante preocupación por todos y cada uno de los militantes y por cada uno de los organismos; por eso en toda oportunidad baja a las bases para dialogar la problemática que se está viviendo aún cuando otros creyeran que ese tiempo debiera priorizarlo en otras tareas. Tiene la decisión de consagrar los últimos momentos de su vida a hacer de las FPL el auténtico partido que nuestro pueblo necesita, porque sin un partido realmente proletario en las circunstancias que se están viviendo el proceso podría desviarse de sus objetivos fundamentales y convertirse en uno de las decenas de triunfos populares que luego sus enemigos han logrado revertir en contra del propio pueblo que ha puesto su sangre.
Los triunfos populares de la campaña de octubre de este año son interpretados por Marcial como un signo de que se está en el camino recto. Convoca a la prensa y les manifiesta que esos hechos son demostración de que el FMLN ha adquirido nuevos niveles de coordinación estratégica y de capacidad de concentración de fuerzas, capaces de destruir a una compañía entera atrincherada y con sofisticadas fortificaciones que implica la consolidación de la iniciativa de la guerra por parte de un FMLN más unido y con mayor capacidad de coordinación.
"Estamos seguros y muy serenos ante el futuro... nuestra guerra tiene que terminar con un arreglo político... el dialogo está basado en la dignidad, en la defensa de los intereses del pueblo. Ningún revolucionario de El Salvador, en ningún momento, va a traicionar los intereses del pueblo. Toda negociación tiene que estar basada en la satisfacción de los intereses básicos de nuestro pueblo y toda conversación esta también basada en la dignidad".
No faltaban los que hablaban del famoso "empate" de la guerra, del miedo a la intervención norteamericana que, comenzando por El Salvador, llegaría a Nicaragua y amenazaría a Cuba, hablaban también de evitar el costo social que implicaba nuestra guerra. Marcial afirmaba que esto era una visión no dinámica del proceso, que la manera de impedir la intervención era profundizar en la guerra popular y que la decisión de vencer estaba tomada.
Es entonces cuando la mayoría de la dirección del FMLN se plantean públicamente un cambio de línea y empiezan hablar abiertamente lo que se había mantenido casi en secreto ante las bases: una política de Dialogo-Negociación con la que Marcial nunca estuvo de acuerdo, no en el proceso, sino en el método de ese proceso, pues consideraba que era prematuro y que las condiciones no estaban dadas, pues la unidad apenas nacía, además suponía la perdida de la autonomía de la organización con respecto al FMLN, esa supeditación a la dirección del frente ponía en "minoría" su concepción revolucionaria de Guerra Prolongada y que fuese la clase obrera la "garante" del proceso.
Entró en abierta contradicción con el resto de la dirección del FMLN y con gente de su propio partido, incluida la segunda responsable como punta de lanza y gente de la calidad de Miguel Castellanos y otros; razón tenía, al cabo de 20 años de esa contradicción podemos constatar donde y como están ubicados los dirigentes de lo que fue el FMLN histórico y los "frutos" de esas negociaciones que verdaderamente han beneficiado a la cúpula de dirigentes. Si durante la guerra fue difícil hablar con ellos, hoy es imposible, poco a poco se han ido alejando de las masas.
Aquí comienza una pesadilla para Marcial, Ana María empezó a promover en cargos de dirección a gente leal al cambio de línea y as¡í fueron copando los organismos de dirección local, regional y nacional, teóricos de la clase media, con manejo de elementos de la doctrina Marxista-leninista, muy buenos para la cuestión política y convencer a las masas, pero cómodos y oportunistas dejando a un lado aquellos compañeros de la clase obrera y el campesina probados en tareas difíciles y en el combate, con suficientes méritos y capacidad para su ascenso a cargos de dirección, pero potencialmente "peligrosos" por su extracción de clase y posibles obstáculos al nuevo reacomodo ideológico.
El reclutamiento masivo de principios de los años 80, resolvió la "correlación de fuerzas" a favor de las corrientes negociadoras, tomando el control total de la dirección del movimiento hasta nuestros días; prácticamente los núcleos de partido en las FPL, que en un tiempo fueron el motor central del funcionamiento y toma de decisiones fueron paulatinamente convirtiéndose en simples círculos de estudio y accesibles a información previamente "pensada" y "elaborada" por la élite de la comisión política. Los organismos de dirección tenían en su mayoría gente de la pequena-burguesía que le fue imprimiendo un carácter de "clase" al movimiento y completamente diferente al inicial.
Esta desviación previamente calculada les permitió hacer las reformas necesarias para el cambio de línea, desplazando a todos los "marcialistas" y "radicales" del resto de organizaciones; de ahí que Marcial fue obstaculizado por todos lados, se empezó a maquinar un complot para su aniquilamiento del escenario político, a promover una especie de "culto" a la personalidad, exagerando la celebración de su natalicio, incluso se le comparó con figuras célebres y en secreto se lanzó el rumor de que él se creía el "Ho Chi Mính" de América Latina.
En este ambiente se prepara la convocatoria para la reunión del COCEN-83, que debía ser decisivo para la marcha del proceso de guerra, donde se determinaría la voluntad de las FPL de vencer y derrotar al ejercito, de luchar porque no se diera la intervención amenazante, pero también de prepararse para, en el caso de que se diera, derrotarla; de llevar adelante un proceso de diálogo y negociación como forma estratégica, pero auxiliar, y de profundizar en el proceso de unidad revolucionaria en el FMLN, como vanguardia, en esta coyuntura, del pueblo.
Los pueblos socialistas aliados de Centroamérica, creyendo a pie juntillas en la intervención que acabaría con todas las conquistas populares en el área, pedían el sacrificio de los procesos revolucionarios de El Salvador y también de Guatemala. Marcial lo vería como una traición a su pueblo y su sangre. El día primero de abril de ese año Marcial vive momentos intensos. Las palabras pronunciadas por Marcial en esa reunión con la membrecía de las FPL y recogidas ya en un folleto, resultan determinantes para comprender su pensamiento y su postura en esa coyuntura. Y es en este tiempo también cuando Cayetano vive con dolor la muerte de dos grandes amigos: Marianela García Villas, campeona de los derechos humanos y Bernardo Torres, comandante conductor de las Unidades de Vanguardia, forjado como militante en las luchas obreras y muy querido por las tropas guerrilleras.
Y así llegamos a los hechos de abril. El responsable de la seguridad interna de la mismas FPL, con el propio equipo de seguridad de la misma Cmte. Ana María, han decidido darle muerte a ésta. Marcial está en el extranjero, tratando de buscar mayores ayudas para enfrentar con éxito la posible intervención. Muchos comienzan a señalar a Marcial como el responsable de la desaparición violenta de Ana María. De hecho el comandante estaba recluido en su propia casa con la amenaza de ser sacado a otro país. En un momento pide a los encargados de su seguridad que vayan a ver la tele y que dejen las armas para no inquietar a quienes vigilan la casa; a su esposa, le solicita que cuide a la nieta para que duerma, y él se recluye en su pequeño cuarto donde suele estudiar y escribir, deja escritas unas notas, y se suicida.. Por lo menos es la versión "oficial". Luego serían capturados todos los responsables de la muerte de Ana María y, a pesar de todas las presiones a que son sometidos, en ningún momento señalan la autoría de Marcial. En el juicio subsiguiente se declara oficialmente no poder disponer de pruebas en su contra, a pesar de que se habla de un video donde da declaraciones el autor material del crimen, video que nunca se mostró.
De ese modo, uno de los más importantes dirigentes sociales latinoamericanos, con cuarenta años de luchas, pasaba a convertirse en un simple asesino, y así se mantiene aun en el imaginario de las bases efemelenistas.
Posterior a estos hechos surge un grupo de compañeros que se declaran en "Posición Rebelde", desconocen a la dirección de las FPL y se descoordinan de la dirección, agrupándose en el FCER (Frente Metropolitano "Clara Elisabeth Ramírez"), argumentando las razones de su posición política que no fue dado a conocer a toda la militancia de las FPL, mucho menos a las bases del resto de organizaciones del FMLN. Esto provocó una purga interna dentro de la organización, al grado de que cualquier mínima crítica era rápidamente relacionada con la "disidencia". Muchos compañeros inocentes o de buena fe que pretendieron tocar el tema fueron señalados, interrogados, expulsados, desagradados y, en el peor de los casos, ajusticiados.
Por ese tiempo entre 83-88, se preparó una versión oficial y se acusó en asambleas generales ante las masas y tropa de guerrilla al FCER de una infinidad de "cargos", desde infiltrados de la CIA, traidores de la revolución y enemigos del campo socialista, hasta que se habían apoderado de una gran cantidad de dinero de la organización y que por ese motivo se estaba "aguantando hambre en la zona de Chalatenango", etc.
Esta situación de descontento con el cambio de objetivo fue generalizado en todo el FMLN, las respectivos mandos y organismos de dirección, aprovecharon la oportunidad para deshacerse de todos aquellos elementos "radicales" y de línea "dura" con la justificación de que no entendían el recambio de táctica y estrategia. Con este argumento eliminaron y expulsaron a un buen grupo de compañeros de todos los niveles de militancia, que sí estaban dispuestos a luchar hasta el final, por la Revolución o morir.
Lo que ignoraba la mayoría de bases y combatientes, eran los compromisos, presiones y acuerdos hacia la vía negociada, no convenía que se obtuviera una victoria militar, a través de la GPP ; las declaraciones de algunos funcionarios y aliados de los estadounidenses, cuando se dieron cuenta que la situación era seria y las guerrillas iban tomando forma y eran parte de la vida diaria de los pueblos oprimidos, entonces empiezan a descalificar y degenerar el verdadero sentido de la lucha armada y a quitar banderas de lucha, claman hipócritamente por la Paz y la Democracia, el pluralismo político y el dialogo; no porque lo deseen de verdad, sino para contrarrestar la avalancha que se avecina, restarle fuerzas al movimiento popular y al cabo de los años seguir con su misma política de explotación con otras modalidades; neoliberalismo y globalización que hoy vivimos.
Por eso en el día de hoy, bueno es recordar las palabras con las que Antonio Morales concluye su trabajo "La muerte de Marcial, ¿un asunto concluido":
"Traer a la memoria el suicidio de Marcial es una oportunidad para recordar aquellos aspectos democráticos de su pensamiento y de su práctica política dentro de su partido: su deseo de que los sectores mayoritarios de la población (los obreros y los campesinos) pudiesen orientar una amplia alianza popular, sus esfuerzos para que dichos sectores estuviesen orgánicamente representados en el partido, sus afirmaciones sobre la necesaria autonomía de los gremios y sindicatos, su insistencia en crear y desarrollar una amplia base celular que diera vida a la democracia interna "de abajo para arriba y de arriba para abajo", que obligara a los dirigentes a dar cuenta de sus actos y que permitiera combatir los abusos de poder, la corrupción y otras arbitrariedades que se daban en su organización y de romper con el terror de aquellos que tenian la impaciencia de reaccionar mal y de rebotar la crítica y de usar sus poderes en mala forma para el castigo a los que critican.
Si algo caracterizó a Marcial fue precisamente su rectitud, su firmeza y su honestidad. Prefirió morir antes que permitir que se pusiera en duda su integridad moral. Con el fallecimiento de Marcial, la clase obrera salvadoreña perdió, sin lugar a dudas, uno de sus más genuinos dirigentes."
El pueblo salvadoreño, de seguro, podrá un día pronunciarse. Nuestro comandante sembró su vida en la historia de su pueblo. Quizás sea el momento de escuchar sus últimas palabras dejadas escritas aquel atardecer:
Ultima carta de Salvador Cayetano Carpio
Palabras al heroico pueblo de El Salvador, a mi querida clase obrera y a la gloriosa FPL–Farabundo Martí.
En todos los momentos más duros de mi vida, en la lucha contra las clases reaccionarias y explotadoras internas y contra el imperialismo yanqui, ha sido y es mi pueblo y mi clase los supremos elementos de inspiración y objetivo básico la lucha por sus intereses. En este momento más que nunca.
He sido atacado, perseguido, calumniado, vejado, reprimido mil veces por esos bestiales enemigos del pueblo y todo lo he soportado y superado con mística por la causa de los obreros, campesinos y pueblo. Todos mis pasos son y han sido dentro de este marco, de estos intereses fundamentales, mayormente en estos últimos años de lucha, de la intensificación de la lucha popular de liberación, de la intensificación de las ofensivas militares e insurreccionales hacia la Toma del Poder para el pueblo y por el pueblo que tenga por base la alianza obrero–campesina y sus intereses.
Al intensificarse la Guerra Popular, se intensifica también la acción del imperialismo en todos los órdenes, sus conjuras, sus planes y complots. Contra todos esos planes nefastos estoy dispuesto a luchar hasta la victoria total.
Pero una cosa es luchar contra el imperialismo y sus intrigas, y otra sentir la injusticia, la calumnia y la infamia de parte de los mismos hermanos. Una negra conjura por manchar mi vida revolucionaria y dañar profundamente a las FPL está en marcha y llegando a su culminación. No sé de dónde proceden esos planes difamatorios, esa conjura contra mi vida revolucionaria. Lo único que sé es que cuando se acerca la Toma del Poder, la burguesía nacional e internacional arrecia todos sus recursos para debilitar la hegemonía proletaria–campesina en la revolución y de esta manera eliminar política o físicamente a las organizaciones que son verdadera garantía de los intereses proletarios.
Pero lo que duele, lo que no puede soportarse es que hermanos revolucionarios sean engañados y acepten como si fueran ciertas las calumnias, el invento pérfido, la infamia contra un revolucionario probado mil veces en el combate popular. Que al aceptarlo no sólo contribuyen a destruir mi probada imagen revolucionaria, sino que se lancen contra las filas de mi querida organización, considerando a todos sus miembros y redes como potenciales infiltrados del enemigo.
No puedo soportar impotente que así se trate a mi querida organización, base de la lucha revolucionaria de mi pueblo y de la unidad consecuente, ni a las exigencias de que ponga a sus organismos, redes, miembros y colaboradores en manos de una investigación mal conducida y prejuiciada. Y no puedo soportar el escarnio que se hace de mi persona, la infamia de querer involucrar mi nombre aunque sea indirectamente, la torva insinuación en esa dirección, en el doloroso caso de la terrible pérdida de nuestra compañera Ana María.
Rechazo esta injusta calumnia, aunque de ella se hagan eco los hermanos. Pero es más dolorosa la injusticia cuando viene de los hermanos que de enemigos. La verdad, que un día inevitablemente resplandecerá contra la calumnia y la infamia. Se impondrá inevitablemente. Y por de pronto, toda responsabilidad sobre mi decisión personal tomada en este momento recae sobre quienes, aun siendo hermanos, así han procedido tratando de poner injustamente manchas a mi trayectoria revolucionaria.
Sé que mi querido pueblo triunfará pronto; que la clase obrera sabrá defender su derecho a hegemonizar el proceso revolucionario de mi país, y que aun sufriendo estos grandes golpes, las FPL sabrán resurgir como genuina expresión del proletariado y del pueblo y sabrá jugar incidencia positiva en la correcta unidad del pueblo y sabrá desempeñar con nuestras queridas FAPL papel decisivo en la victoria final y en las fases que conduzcan a la creación de las condiciones para pasar al socialismo.
Me alienta la idea de que mi modesta contribución a esos logros, teniendo como norma hasta el último instante, cada acto de mi vida, los intereses del proletariado y del pueblo, en alguna medida ayudan y ayudarán a los genuinos intereses del pueblo en su futuro feliz.
¡Revolución o muerte! ¡El pueblo armado vencerá!
Abril de 1983
Marcial.
Primer responsable de las FPL–Farabundo Martí y Comandante en Jefe de las FAPL.
Miembro de la Comandancia General del FMLN.